Momias de Dinosaurio: Revelaciones sobre la Anatomía de Edmontosaurus annectens

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La momia del dinosaurio Edmontosaurus, un ejemplar juvenil de pico de pato, posa junto al preparador de fósiles Tyler Keillor, de la Universidad de Chicago. La momia, apodada "Ed Jr.", quedó sepultada por las aguas de una inundación hace unos 66 millones de años, lo que preservó su esqueleto fosilizado y, bajo una fina capa de arcilla, grandes áreas de piel escamosa y arrugada, así como una alta cresta carnosa sobre su lomo. (Laboratorio de Fósiles de la Universidad de Chicago)

Un hallazgo que redefine la paleontología

En un avance sin precedentes para la paleontología, un equipo de investigadores liderado por el Dr. Paul Sereno, profesor de Biología y Anatomía en la Universidad de Chicago, ha revelado detalles anatómicos excepcionales de Edmontosaurus annectens, un dinosaurio herbívoro del Cretácico tardío. Lo que hace único este descubrimiento no es solo la calidad de los fósiles, sino el mecanismo de preservación: una capa ultrafina de arcilla que actuó como un molde natural de la piel del animal. Este fenómeno ha permitido reconstruir con una precisión sin precedentes la apariencia externa de un dinosaurio extinto hace más de 66 millones de años.

El sitio del hallazgo: La “zona de momias” en Dakota del Norte

Los fósiles fueron descubiertos en una región conocida como la “zona de momias” en el oeste de Dakota del Norte, una formación geológica rica en restos de dinosaurios. Desde principios del siglo XX, esta área ha sido fuente de múltiples hallazgos de Edmontosaurus, pero los especímenes excavados por el equipo de Sereno destacan por su excepcional preservación.

Los dos ejemplares estudiados —uno juvenil y otro subadulto— fueron encontrados con grandes extensiones de piel conservada. A diferencia de otros fósiles, estos no contenían tejido blando original, pero sí una capa de arcilla de menos de 0,3 mm que capturó con fidelidad la textura y forma de la piel antes de que esta se descompusiera.

El proceso de “templado en arcilla”

El fenómeno de preservación observado ha sido denominado por los investigadores como “templado en arcilla”. Este proceso ocurre cuando un cadáver queda enterrado rápidamente en sedimentos ricos en minerales arcillosos. La arcilla, al endurecerse, forma una especie de máscara tridimensional que conserva los detalles de la piel y otras estructuras externas. Posteriormente, aunque el tejido orgánico se descompone, la impresión queda registrada en la matriz sedimentaria.

Este tipo de preservación es extremadamente raro, ya que requiere condiciones muy específicas: un enterramiento rápido, ausencia de carroñeros, y un entorno químicamente estable que permita la formación de la capa de arcilla sin destruir la superficie del cuerpo.

Técnicas de análisis: Ciencia de vanguardia al servicio del pasado

Para estudiar estos fósiles, el equipo utilizó una combinación de tecnologías avanzadas:

– Tomografía computarizada (CT scans): permitió visualizar las estructuras internas sin dañar los fósiles.
– Espectroscopía de rayos X: reveló la composición química de la arcilla y su interacción con los restos orgánicos.
– Análisis sedimentológico: ayudó a entender el entorno geológico en el que se produjo la preservación.

La momia del dinosaurio Edmontosaurus, un ejemplar juvenil de pico de pato, posa junto al preparador de fósiles Tyler Keillor, de la Universidad de Chicago. La momia, apodada «Ed Jr.», quedó sepultada por las aguas de una inundación hace unos 66 millones de años, lo que preservó su esqueleto fosilizado y, bajo una fina capa de arcilla, grandes áreas de piel escamosa y arrugada, así como una alta cresta carnosa sobre su lomo. (Laboratorio de Fósiles de la Universidad de Chicago)

Gracias a estas herramientas, se logró reconstruir digitalmente la anatomía externa completa de Edmontosaurus, desde la cabeza hasta la cola, incluyendo detalles como escamas, crestas, almohadillas plantares y pezuñas.

Anatomía revelada: Un retrato detallado de Edmontosaurus

Los hallazgos anatómicos son sorprendentes y ofrecen una nueva visión sobre cómo lucía este dinosaurio en vida:

  1. Cresta carnosa dorsal: Una de las características más llamativas es una cresta carnosa que recorre el cuello y la espalda del animal. Esta estructura, similar a la de algunos reptiles modernos, podría haber tenido funciones de exhibición, regulación térmica o comunicación intraespecífica.
  2. Fila de espinas en la cola: Se identificó una fila de espinas dérmicas que sobresalían de la piel a lo largo de la cola. Estas estructuras podrían haber servido para defensa, exhibición o incluso para mejorar la estabilidad al caminar.
  3. Pezuñas en las patas traseras: Por primera vez se documenta la presencia de pezuñas en un dinosaurio cuadrúpedo. Las patas traseras de Edmontosaurus terminaban en pezuñas córneas, similares a las de algunos mamíferos actuales, lo que sugiere una adaptación para soportar su considerable peso corporal.
  4.  Almohadillas plantares: Se descubrieron almohadillas carnosas en los talones de las patas traseras, lo que indica que Edmontosaurus caminaba con una postura plantígrada parcial, es decir, apoyando parte del talón en el suelo. Esto contrasta con la postura digitígrada (sobre los dedos) de muchos otros dinosaurios.
  5. Escamas y textura de la piel: La piel estaba cubierta por escamas pequeñas, de entre 1 y 4 mm de diámetro, incluso en individuos que podían alcanzar los 12 metros de longitud. Esta textura sugiere una piel flexible y resistente, posiblemente con funciones de protección y regulación térmica.

Implicancias científicas: Más allá del Edmontosaurus

Este descubrimiento no solo transforma nuestra comprensión de Edmontosaurus, sino que también plantea nuevas preguntas sobre la evolución de la piel y las estructuras dérmicas en los dinosaurios. La técnica de “templado en arcilla” podría haber ocurrido en otros contextos geológicos, lo que abre la posibilidad de encontrar más fósiles con detalles anatómicos similares.

Además, el estudio propone un nuevo modelo para la investigación de tejidos blandos en paleontología. En lugar de buscar restos orgánicos directos, los científicos pueden enfocarse en identificar moldes sedimentarios que hayan capturado la forma de estos tejidos antes de su descomposición.

Un modelo replicable para futuras investigaciones

El equipo de Sereno ha desarrollado un protocolo que puede aplicarse a otros fósiles para detectar si presentan este tipo de preservación. Esto incluye:

  • Identificación de capas de arcilla ultrafinas mediante microscopía electrónica.
  • Análisis geoquímico de los sedimentos circundantes.
  • Reconstrucción digital de la anatomía externa a partir de escaneos de alta resolución.

Este enfoque podría revolucionar la forma en que se estudian los dinosaurios y otros vertebrados extintos, permitiendo reconstrucciones más precisas y detalladas de su apariencia y comportamiento.

Contexto evolutivo: ¿Qué nos dice Edmontosaurus sobre los dinosaurios?

Edmontosaurus annectens pertenece al grupo de los hadrosáuridos, conocidos como “dinosaurios con pico de pato”. Estos animales eran herbívoros, sociales y altamente adaptables, y se encontraban entre los últimos dinosaurios no avianos antes de la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno.

El nuevo conocimiento sobre su anatomía externa sugiere que estos animales eran más complejos de lo que se pensaba. Las estructuras dérmicas como crestas, espinas y pezuñas indican una diversidad morfológica comparable a la de los mamíferos actuales. Esto refuerza la idea de que los dinosaurios no eran simples reptiles gigantes, sino animales sofisticados con adaptaciones especializadas.

Conclusión: Un nuevo paradigma en la paleontología

El estudio de las “momias de dinosaurio” de Dakota del Norte marca un antes y un después en la paleontología. Gracias a una combinación de condiciones geológicas excepcionales y tecnologías de análisis de vanguardia, se ha logrado reconstruir con asombroso detalle la apariencia de un dinosaurio extinto hace más de 66 millones de años.

Este hallazgo no solo enriquece nuestro conocimiento sobre Edmontosaurus, sino que también ofrece un modelo replicable para futuras investigaciones. La técnica de “templado en arcilla” podría aplicarse a otros fósiles, permitiendo descubrir aspectos ocultos de la biología de los dinosaurios y otros animales prehistóricos.

En palabras del Dr. Sereno, “estos fósiles nos permiten ver a los dinosaurios como nunca antes: no como esqueletos, sino como seres vivos, con piel, músculos y formas que ahora podemos imaginar con una precisión sin precedentes”.

La piel escamosa de una cresta sobre el lomo del dinosaurio pico de pato juvenil Edmontosaurus annectens, apodado “Ed Jr.”. Este ejemplar juvenil, que se estima tenía unos dos años al morir, es la única momia de dinosaurio juvenil jamás descubierta. (Tyler Keillor/Laboratorio de Fósiles)
La pezuña, conservada en sección transversal como una finísima capa de arcilla, cubre el último dedo del pie de una momia adulta del dinosaurio pico de pato Edmontosaurus annectens. (Tyler Keillor/Laboratorio de Fósiles)