Por Pablo Lara (Ecuador), para FÓSIL
Una vez que todos los principios vistos en la sección anterior han sido definidos, podemos construir nuestro primer dinosaurio “con base científica”. Como referencia principal he seleccionado este diagrama del esqueleto del pequeño dinosaurio Coelophysis bauri
Si a este diagrama le aplicamos el sistema de estructuras que proponemos, entonces, tendremos un dibujo como este:
¿Cómo lograr que un simple dibujo se convierta en la representación adecuada de los músculos, la piel e incluso, la cubierta de plumas de un dinosaurio en particular? Éstas y muchas más interrogantes las develaremos a continuación.
Para tal tarea, retomaremos los principios básicos de ilustración que comentamos en pasadas reseñas (abril,2009) y los combinaremos con algunos de los métodos usados hace algún tiempo para la reconstrucción del Daeodon shoshonensis (octubre,2008)
Así, comenzaremos trazando algunos ejes que marquen las distancias de la altura acetabular (la cavidad de la cadera en la que se inserta el fémur) la altura de la cabeza, la longitud del cuello y la cintura escapular. El punto O nos marcará el eje de referencia.
Luego trazaremos, con las escuadras, un nuevo marco de referencia en el que se trasladarán las proporciones que medimos en el diagrama del esqueleto original (es probable que la perspectiva afecte un poco a estas últimas). Sobre este marco dibujaremos las esferas que componen la parte inicial de la estructura del dinosaurio.
A continuación, completaremos el resto de la estructura…
Cabe destacar que el movimiento de las extremidades ha sido pensado de manera que existen dos líneas de acción claramente identificables en el dibujo: Un eje en el que se alinean las garras delanteras con la cabeza y otro eje que “compense” este movimiento al recorrer la cola y la extremidad posterior derecha.
El siguiente paso será ahora “rellenar” la estructura con cuerpos geométricos que simulen el volumen del dinosaurio, para eso nos valdremos de esferas, cilindros y conos truncados. En esta etapa del proceso ya podemos insinuar un poco el tipo y la dirección de la luz con la que dibujaremos a nuestro dinosaurio.
Referencia anatómica
Ahora deberemos hacer un análisis de la anatomía del animal. Y claro, tendremos que partir del esqueleto. En este caso he realizado una proyección del diagrama original del esqueleto, también he señalado algunas características que son propias de Coelophysis y que en gran medida espero se reflejen en la ilustración final, como el cuarto dígito vestigial característico de Coelophysis y otros ceratosaurios.
Las referencias del esqueleto nos ayudarán a ubicar los músculos con mayor exactitud en nuestro dibujo. Algunas de estas láminas de referencia pueden encontrarse en obras como las del Paleontólogo Gregory Paul. También se pueden encontrar imágenes similares en Internet.
Con ayuda de láminas como ésta, ubicaremos la musculatura sobre nuestro dibujo, de añadiendo mayor precisión a la estructura en volúmenes que teníamos hasta este momento.
Con la ayuda de sucesivos calcos sobre el dibujo podremos sacar una versión definitiva del mismo en la que se puedan añadir detalles a nuestro gusto o necesidad.
Técnicas de representación gráfica
Uno de los inconvenientes más frecuentes al pintar dinosaurios es decidir que tipo de acabado tendrá nuestra ilustración. Y como las técnicas son a la vez tan variadas y distintas he preferido comenzar con quizá una de las más básicas y sencillas de todas: el lápiz de grafito.
Sin embargo, el hecho de que sea sencilla no significa que tampoco deje de ser fundamental. Y supongo, que a muchos les habrá pasado que después de largas horas de trabajo terminasen con un dibujo como este:
Pero la verdad, es que en este dibujo se distinguen ciertos errores elementales: Como la falta de profundidad o percepción de volumen, el trazo tosco y carente de gracia. Y ni qué decir del ya gastado cliché del animal prehistórico babeante…
Es por eso que, a más de la observación, deberemos practicar lo necesario hasta que con pequeños trazos, tramas y texturas logremos crear la sensación de las diferentes superficies de las que estaría compuesto un material, en este caso concreto, el dinosaurio.
El hacer pequeños ejercicios como los que muestro a continuación mejorarán notablemente nuestro pulso y nuestra habilidad para representar a la naturaleza.
Cuando trabajamos con grafito será necesario primero que tengamos el soporte adecuado: Una hoja de papel blanco no muy porosa, un borrador y un lápiz de punta afilada o un portaminas también serán de mucha utilidad. Como primer paso calcaremos nuestro dibujo con líneas muy tenues.
Con un lápiz blando semi-blando (B o HB) daremos los tonos más suaves de sombra. Es necesario que nuestra mano tracé estas líneas con soltura, aunque sin perder control.
Con un lápiz más duro (HB) pintaremos los tonos más oscuros, sobre los anteriores, pues el grafito es una técnica “aditiva” de tono y profundidad. Todas las zonas de luz deberán reservarse, aunque también se podrá usar la goma de borrar para crear uno que otro efecto de luminosidad.
Poco a poco los diferentes trazos se unirán hasta formar una textura visual homogénea, volumétrica y agradable a la vista. No es recomendable “pasar el dedo” sobre el dibujo para difuminarlo ya que con este método también se podría manchar a la ilustración.
Con trazos suaves y constantes se fundirán las distintas capas hasta tener un dibujo volumétrico y casi terminado.
Si bien no existe evidencia directa de que Coelophysis haya tenido protoplumas. Paleoartistas como el ya mencionado Greg Paul o Luis Rey han reconstruido a este animal con cubierta protectora.
Y esta hipótesis me parece plausible, sobre todo porque algunos descubrimientos recientes, por ejemplo, el del ornitópodo emplumado Tianyulong, que sugieren que la presencia de estas estructuras se remonta hasta los primeros dinosaurios e incluso hasta sus antepasados los Ornithodira… es por eso que he decidido hacer lo propio con esta reconstrucción.
También ha sido casi imposible no evitar el añadir algunos retoques por ordenador a la ilustración hasta aumentar su nivel de realismo. Después de todo, hoy en día existen numerosas herramientas, tanto análogas como digitales capaces de ayudarnos en nuestra tarea de reconstrucción. Sin embargo, todas ellas se basan en principios como los expuestos en este tutorial. De allí la importancia de haber hecho un breve repaso por las mismas. Y que espero haya sido de su agrado
Sin embargo, el trabajo está lejos de finalizar, pues aún queda por terminar todo el cuerpo del dinosaurio, añadir color al dibujo y si es posible reconstruir también el paleoambiente en el que esta criatura posiblemente vivió…pero bueno, eso quedará para la investigación personal de cada uno de los lectores. Creo que, por hoy, esto es todo.
¿ O no ?
Ficha Técnica Coelophysis bauri
Nombre del género: Coelophysis
Especie: bauri
Descubierto por año: David Baldwin, 1881
Nombrado por: Edwar Drinker Cope, 1887
Período geológico: Triásico superior, Noriano.
Lugar: Norteamérica.
Largo: 3 m aprox. ( 2.68 m para AMNH 7223)
Principal yacimiento: Ghost Ranch, Nuevo México, en el valle del río Chama, cerca del pueblo de Abiquiu. Los fósiles se encontraron dentro de un fino lecho de arenisca roja.
Se trataba un terópodo primitivo, perteneciente al linaje de los ceratosaurios, prueba de ello es su cuarto dígito vestigial. Al ser conocido por cientos de esqueletos, este dinosaurio otorga mucha información de sus relaciones con otros dinosaurios terópodos. Conforma junto con Megapnosaurus y Liliensternus la subfamilia Coelophysinae, que, a su vez, pertenece a la familia Coelophysidae. Este grupo, junto con Dilophosaurus es parte del clado Coelophysoidea.
Es muy probable que Coelophysis viviera en una llanura aluvial. Los restos de cientos de Coelophysis en Ghost Ranch apoyan esto, pues semejante cantidad de fósiles solo pudo ser resultado de una gran inundación, o, al menos, debió producirse al desbordarse un río torrentoso.
Coelophysis coexistió con reptiles de todo tipo como: quelonios, crutorarsi y crocodiliomorfos. Y por supuesto, con otros dinosaurios primitivos, de estos últimos, sin duda los sauropodomorfos habrían sido algunos de los animales más grandes de aquella región.
Aunque Coelophysis se alimentó posiblemente de presas pequeñas y carroña, por mucho tiempo se sospechó de su posible comportamiento caníbal. Sin embargo, recientes estudios (Nesbitt,2006) han determinado que la evidencia en cuestión pertenecía a un lagarto denominado Hesperosuchus y no a formas juveniles de Coelophysis.
Otro dato interesante de este dinosaurio es que existen dos tipos de Coelophysis encontrados en Ghost Ranch, y que muestran dos presentaciones distintas: una llamada “grácil”, con cuerpo pequeño y cabeza grande y otra denominada “robusta”. Se han argumentado dos posibilidades: Una, que se trate de dos subespecies claramente distintas, y otra, que se trate de un caso de dimorfismo sexual, es decir, la diferencia de caracteres entre macho y hembra en una misma especie. Para Coelophysis se ha propuesto que las hembras correspondan a la versión “robusta (Paul,1988). Esta última teoría es la que hoy tiene mayor acogida.
Coelophysis ya tiene también ganado un lugar en la cultura popular, al ser uno de los primeros dinosaurios en orbitar en el espacio, cuando un cráneo de este dinosaurio abordó el transbordador espacial Endeavour en Enero de 1998. También fue uno de los tantos dinosaurios recreado para la serie de la BBC Walking with dinosaurs (Caminando con los dinosaurios) en el año de 1999.
Todas estas características hacen de Coelophysis un fósil muy especial que guarda aún muchos secretos por revelar. Sin embargo, es debido a su ligera estructura corporal, y su clara analogía con terópodos posteriores, el motivo principal para que fuera escogido como sujeto de estudio para este análisis.
Bibliografía.
- Currie & Padian: Encyclopedia of Dinosaurs, Academic Press,1997 Pgs.106-110,277
- Miller Steve. ThunderLizards! How to draw fantastic dinosaurs. Watson-Gutpill, Publications, New York.2005. Pgs 25,62
- Paul, Gregory S. Predatory dinosaurs of the world,a complete illustrated guide , Simon& Shuster, New York Academy of sciencies.1988. Pgs.108,227,256-265,
Enlaces recomendados:
Agradecimientos.
No quería concluir la presente reseña sin antes agradecer infinitamente a Agustín Maldonado y a Jaime Bran por la valiosa ayuda prestada para la elaboración de la misma. Tanto el acertado punto de vista de Jaime al ayudarme a estructurar este tutorial como el trabajo de recopilación y análisis de Agustín para la ficha técnica de Coelophysis fueron de vital importancia. Mil gracias amigos y que bueno poder contar con Ustedes. Sin duda estaré muy contento de poder trabajar en conjunto una vez más.
Atte.
Pablo Lara H.
Jaime Bran
Paleoilustrador salvadoreño
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