Los primeros animales desarrollaron ecosistemas complejos antes de la explosión del Cámbrico.

Durante miles de millones de años la vida en la Tierra era tremendamente aburrida y estuvo constituida por microorganismos, generalmente bacterianos. Entonces, distintos tipos de bacterias decidieron cooperar y se formaron orgánulos celulares, como las mitocondrias o los cloroplastos. Fue entonces cuando surgió la célula eucariota, mucho más compleja que la procariota anterior.

Más tarde, las células eucariotas cooperaron y se agregaron entre sí formando organismos pluricelulares. Animales relativamente complejos no surgieron antes de hace 600 millones de años. Fue entonces cuando apareció la fauna de Ediácara que estaba compuesta por animales muy sencillos, pero algunos de ellos ya tenían simetría bilateral. Esta fauna desapareció para siempre y fue sustituida por los animales que surgieron en la explosión del Cámbrico, hace 550 millones de años.

Según un estudio realizado por Rebecca Eden, Emily Mitchell y sus colaboradores de la Universidad de Cambridge, los primeros animales formaron comunidades ecológicas complejas en el Ediacarense, hace más de 550 millones de años, y establecieron el escenario evolutivo para la explosión del Cámbrico

Los primeros animales evolucionaron hacia el final del período Ediacárico, hace unos 580 millones de años. Sin embargo, el registro fósil muestra que después de un auge inicial, la diversidad disminuyó en el período previo al dramático estallido de biodiversidad llamado «explosión cámbrica», casi 40 millones de años después. Los científicos han sugerido que esta caída en la diversidad es prueba de la existencia de un evento de extinción masiva hace aproximadamente 550 millones de años, posiblemente causado por una catástrofe ambiental. Sin embargo, hasta ahora no se había estudiado la estructura de estas antiguas comunidades ecológicas ediacarenses.

Para evaluar una posible extinción masiva de Ediacara, los investigadores analizaron la estructura de la metacomunidad de tres conjuntos de fósiles que abarcan los últimos 32 millones de años de este período geológico (hace entre 575 y 543 millones de años). Utilizaron datos paleoambientales publicados, como la profundidad del océano y las características de las rocas, para buscar estructuras de metacomunidades indicadoras de especialización ambiental e interacciones entre especies.

El análisis reveló una estructura comunitaria cada vez más compleja en los conjuntos de fósiles posteriores, lo que sugiere que las especies se estaban volviendo más especializadas y participaban en más interacciones entre especies hacia el final de la era Ediacárica, una tendencia que se observa a menudo durante la sucesión ecológica.

Según los autores del estudio, los resultados apuntan a la exclusión competitiva, más que a la extinción masiva, como la causa de la caída de la diversidad a finales del período Ediacárico. El análisis indica además que las características de la dinámica ecológica y evolutiva comúnmente asociadas con la explosión del Cámbrico, como la especialización y la reducción del nicho, fueron establecidas por las primeras comunidades animales en el Ediacárico tardío.

Mitchell agrega: «Descubrimos que los factores detrás de esa explosión, a saber, la complejidad de la comunidad y la adaptación al nicho, en realidad comenzaron durante el Ediacarense, mucho antes de lo que se pensaba anteriormente. El Ediacarense fue el fulminante que encendió la explosión del Cámbrico».

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